sábado, 9 de agosto de 2008

"Tengo el corazon en dos mitades"

Justamente, acá no se trata de corazones partidos. Cuando algo se rompe, lo hace en mil
pedazos, no en dos mitades de lo contrario sería reparable con un par de costuras o en su defecto un transplante bien hecho conseguido en el mercado negro.
Acá se trata de lo que voy a llamar el síndrome "y".
Este síndrome tiene como característica, complementar al ser humano, sin importar género, clase social, ideología política y/o sexualidad. Todos somos dos mitades, malos "y" buenos, lindos "y" feos, amamos "y" odiamos, y miles de ejemplos más. Somos contradictorios con lo que queremos. A veces queremos quedarnos y queremos irnos, a veces queremos estar acompañados y a la vez solos. No está mal sentirse así, ¿Por que razón no puedo querer las dos cosas? ¿hacer las dos cosas? ¿Elegir solo un hombre o una mujer? El "o". Esa letra limitante, fachista, autoritaria... paralizante.
Esas cosas impuestas por la cultura, por la iglesia, por la clase dominante, pero sobre todo por la maldita religión, desde el comienzo de Dios y el Diablo, lo Bueno y lo Malo...
Es una cuestión de opuestos e iguales (falsos opuestos). Los sentimientos extremos se tocan, son como una mezcla de sabores o sin sabores. El amor, el egoísmo, la individualidad, todo eso y mucho mas tiene su participación activa en esto del "y" y el "o". Esta vida biplanica y bipolar... tan limitante, tan estructurada, tan vacía y tan llena.
Es inevitable los opuestos se tocan.

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