domingo, 26 de octubre de 2008

..triste de haber perdido lo que aún no había encontrado...

...lloro, y siguio llorando por aquel abrazo que la vida le obligo a esquivar. Si tan solo los dedos, las uñas, la piel le hubieran gritado, le hubieran advertido la dirección que tomarían. Quizas entonces no estaría llorando por haber dado ese medio giro, que impidió la unión de sus cuerpos, la atracción de sus corazones.
Lloro por él, lloró por ella, por el tiempo y por el destiempo, por nosotros y los recuerdos. Por el desencuentro de sus brazos y por el mutuo deseo.
Bebió dulces lagrimas, trago amargos suspiros...
Se abrazo al sueño, alguna vez compartido resistiendose a soltarlo, negandose a perderlo, dispuesta siempre a amarlo.

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